El ritmo de la ciudad podría ser una barrera para conocernos, tal como somos, sin darte cuenta que el temor es un espejismo de una realidad distorsionada.
Porque desde siempre, los sentimientos permanecen intactos, porque aquí también sale el sol y las lluvias nos hacen recordar que todavía respiramos, que la brisa sobre nuestros rostros nos permite retomar nuestro rumbo y seguir soñando.
Olvidar las tristezas acumuladas y en esta comunión de sentimientos, liberarnos.... sentirnos plenos, en este planeta tan divino.
Dormir con una sonrisa y despertar con ánimos de volver a empezar.
Hounn