Entrega inesperada allana mi corazón, débil ha estado, pero la entrega de un mensaje divino me ha llegado. Recuerdos de un pasado que lastima estarán algún día por borrarse. Las estrellas que cubren mi mente, mis sueños, mi alma ahora ronda por todos lados, respira perfumes jamás imaginados, bebe los elixires que nunca podría haber tomado.
El sol es mensajero de un candor interior que riega cada uno de mis pensamientos, que transmite que la caricia más divina que por fin mi cara ha tocado. Mar azul sé mi cómplice ya que sus ojos han disfrutado de la belleza de tu agua que años más tarde yo me sumergiría. Destellos de luz que resplandecen en mis noches que comunican mensajes de paz, paz que tanto tiempo esperé...