sábado, 4 de noviembre de 2006

Una palabra

Bastaba una palabra para volver a soñar,

respirar en este bosque de ilusiones,

sentir el calor de tu piel después del amor.

 

Palabras que llegan al centro del corazón,

que fluyen por el más extremo sentimiento en forma de mujer.

 

Es la creación divina de pureza inigualable  para iluminar nuestro mundo, para sentir pasiones y locuras sólo con el único propósito de sentirnos vivos.

 

 Emanar este sentimiento, respirar profundamente y disfrutar lo que siento, para plasmar en este espacio la capacidad que tengo en mi vida para amar y ser amado. 

 

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