Me visitas una vez más en mis noches, me dejas el sabor de tu aliento, de tu deseo interminable, de claridades eternas, de sentimientos guardados, dejándome tu presencia, tu aroma, tu color, sobre mi sensibilidad.
Eres fuente de inspiración de fantasías insospechadas, eres luz, me contagias de tu ilusión y volveremos a flotar en este mar tempestuoso, de vaivenes y de magia entrañable.
No te niegues a pensarme otra vez, es una realidad constante de extremos realizados presentes en la palpitación de nuestros corazones que se unirán en ese espacio divino ¿Lo recuerdas?